Fábula. Revista literaria
Asociación Riojana de Jovenes Escritores y Artistas
ISSN: 1698-2800
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BRICOLAJE '01
Diego Marín A.
Fábula Nº 9, p. 29-30
¿Habéis pillado alguna vez a alguien
leyendo el final de un libro sin haberlo acabado? Supongo
que es como cuando eras pequeño y subías
a una silla para llegar al armario porque tenías
hambre y la tentación no te permitía esperar
a la hora de comer o cenar. Es la tentación.
-¿Has escuchado el último de Limp Bizkit?
Es como aprender a nadar o a montar en bicicleta, de
tener miedo pasas a no poder ni querer parar de hacerlo.
-Perdona, ¿tienes fuego?
Es como cuando hace calor y el periquito no deja de
moverse de un lado a otro de la jaula porque quiere
salir a estirar las alas para que no se le peguen las
plumas por este calor pegajoso, el calor que el verano
da en agosto como cuando no fumas y alguien te mete
un cigarro en la boca porque no fumas, pero como vamos
de fiesta
-Dos Ballantains con Coca-Cola, por favor.
Esta tarde no he conseguido acabar el autodefinido,
¿quién sabe quiénes son los indios
fueguinos? Creo que lo peor de todo son las tardes de
sábado en que no tienes nada que hacer, que puedes
llegar a beber cinco latas como si cada una fuera la
primera, cada minuto pasa como si hicieran un concurso
a ver quién es el más lento.
-¡Ey, hola! Cuánto tiempo, no te había
visto.
El teléfono nunca suena cuando más lo
necesitas y compruebas el contestador de vez en cuando
por si acaso se ha colado alguna llamada aunque estés
en casa y no haya llamado nadie. Es como leer un libro
aburrido para el instituto, ya te pueden contar la vida
en España a principios de siglo que una de amor,
que lo vas a leer igual.
-Tío, lo he pasado muy mal con el perico, no
te metas nunca, tío, es lo peor, cuando estás
tumbado sientes cómo se te va el alma y tienes
que levantarte para recuperarla.
Son luces verdes, amarillas y rojas, y conversaciones
que nadie sabe nunca dónde van a ir a parar,
a algunas estás acostumbrado. Nunca aparece quien
quisieras que estuviese a tu lado, a quien quisieras
hablar del verano, del invierno o del otoño,
da igual, con verla basta para entablar cualquier conversación
perdida y que luego uno de los dos la desvíe
en algún punto para llegar a donde la carretera
se acaba y sólo hay dos opciones: quedarse ahí
o darse la vuelta.
-Me queda para un porro.
Son luces verdes, amarillas y rojas que parpadean como
si les picase una avispa y quisieran espantarla, luces
que seguro que Toulouse-Lautrec nunca imaginó
que acabasen así. Aquí la gente hace más
ejercicio que durante toda la semana. Chéjov
dijo que las historias verdaderamente interesantes no
las tienes en los libros, sino en tu familia, en tu
barrio, en tu propia vida.
-¿Qué hora es?
La noche es templada, es una de esas noches que te gustaría
pasarla sentado en el balcón de tu casa viendo
pasar coches, gatos callejeros y tías con minifalda
y escote hasta el amanecer con una copa llena de cubitos
de hielo como los de las gasolineras, grandes y duros,
que da la sensación de que van a permanecer helados
de por vida. También estaría bien que
hubiese un poco de música, no sé, algo
en inglés para no prestarle mucha atención.
-Sube si quieres, no hay nadie en mi casa.
Si hiciésemos caso a nuestros padres en todo,
en eso de no hablar con desconocidos y esas cosas, quién
sabe dónde habríamos llegado. La música
también podría ser de esas en las que
cierras los ojos e imaginas que eres el protagonista
del trailer de una película. Son esas noches
en que te das cuenta de que no hace falta que te inviten
a un copo de nieve para disfrutar sin gastarte mucho
dinero.
-Más despacio.
Cuando haces las cosas siempre de la misma manera al
final acabas haciéndolas como quien desayuna
todas las mañanas café cargado, ya puede
pararse el mundo, que la cantidad de café es
siempre la misma y siempre echas dos cucharadas de azúcar.
Es curioso que por mucha colonia que nos echemos o por
mucho que apuremos al afeitarnos, toda esa elegancia
que cultivamos cada noche se baje a la altura del suelo
cuando nos ponemos en calzoncillos frente al espejo
con unas ojeras de no haber dormido bien la última
semana.
-Más despacio.
And in the finish of tonight the hearts are only one
and the start expect to a new day, all is quiet and
is the same that a song for lovers. Sólo hay
un momento en qe el sudor de una chica es agradable,
cuando sus piernas parecen unas tenazas y hay dos cosas
en ella que bailan a tu compás. Sólo hay
un momento en el que puedes saber qué es lo que
piensan.
-Más despacio.
De todas formas, da igual que hayan pasado veinte años
que cien, todo parece que se paró hace unos años,
que tu cara, por mucha barba que te salga ahora sigue
siendo la de aquel chaval al que le rompieron la cara
en el patio del colegio, la de aquel chaval que tiró
la piedra, rompió la ventana y nuca confesó
que había sido él, la de aquel chaval
que lloró cuando le dejaron, la de aquel chaval
al que apodaron como a un jugador de fútbol portugués,
la de aqule chaval que ganó el concurso de pintura
del colegio, la de aquel chaval que estuvo a punto de
morir en el accidente de tráfico en el que se
fueron suspadres.
-Ahora, no pares.
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Última modificación:
19-07-2017 11:21
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